Es inconcebible que nuestra juventud (desde colegiales a universitarios), tenga una magra educación, a pesar de estar en pleno proceso de aprendizaje. Por ejemplo en el programa El Ultimo Pasajero, que transmite Frecuencia Latina, podemos ver y escuchar las más insólitas respuestas a preguntas de cultura general. No es posible que un alumno de quinto año de secundaria no sepa quien escribió “Los ríos profundos”. La respuesta a parte de la risa y la vergüenza ajena fue que dicha obra la escribió Jaime Bayli. Ahora bien, esto no solo se puede ver en alumnos de colegios secundarios, también existe en estudiantes universitarios, a quienes se les preguntaba quién era Miguel Grau y respondían barbaridades. No hay otra palabra para calificar la ignorancia de estos jóvenes. Confundían a Francisco Bolognesi con Alfonso Ugarte. ¿Así queremos progresar y desarrollar?
Ojo, aquí no podemos diferenciarlos en colegio público o privado. Si hacemos una estadística de este programa, llegamos a la conclusión que estudiantes de los colegios privados son los que mayormente dan las respuestas erróneas. Se imaginan escuchar que el Misti queda en Ayacucho o que no sepan quién fue el autor de Romeo y Julieta.
Esta situación nos hace preguntarnos ¿Qué pasa con nuestra educación? La respuesta simple y llana, es que no existe voluntad para corregir los errores en el estudio. Tenemos profesores mal educados, que no se capacitan, que no se desarrollan personalmente, que se encuentran estancados por el hecho de tener un diploma y un puesto de trabajo. No comprenden aun que la historia, las matemáticas, el lenguaje y las diversas ciencias se renuevan a cada momento. Aun creen que todo se basa en las separatas que ellos estudiaron en las universidades. El mundo es ya globalizado, lo que sucede en un lugar repercute en el mundo entero. Si tenemos profesores a quienes les importa poco su preparación, es comprensible también que les interese que sus alumnos aprendan.
La educación es de memoria. Es la copia fiel de lo que dice el libro o el cuaderno. No existe cabida para la reflexión o el pensar. Nadie cuestiona o trata de averiguar el por qué. Una vez ayude a mi sobrina a resolver un problema de matemáticas y a pesar de que la respuesta era la misma que le resultaba a la profesora, no se la dio por buena porque el método para hallar esa respuesta no era la que ella había enseñado. Desde que yo ingrese al colegio, ha existido ese tipo de enseñanza y hasta ahora eso no ha cambiado. Si ponía algún concepto de otro libro que no fuera el que la profesora indicaba, estaba mal hecho. En la universidad si uno no pensaba como el catedrático inmediatamente era reprobado.
Hablar sobre educación es un tema largo y de diversas aristas. Solo, hemos querido llamar la atención sobre la real situación de nuestros estudiantes reflejado en este programa televisivo. Sean ricos o sean pobres, la conclusión es la misma. Bajo nivel educativo y cultural.