¡Votar por Humala es un salto al vacío!.
¡Es trasnochado que el Estado tenga una aerolínea de bandera!
¡Lo primero que hará al asumir el gobierno será cambiar la constitución para implantar una dictadura tipo Chávez!
¡Pondrá una mordaza a la libertad de prensa!
Estas y otras expresiones de temor se escuchaban antes de la primera y segunda vuelta electoral en el país por parte de los gremios empresariales y económicos, medios de comunicación, grupos políticos, etc.
Es increíble el giro de 360° en el cambio de opinión de todos aquellos que critiban la candidatura de Humala, después de las elecciones. De los Toledo y Vargas Llosa no me sorprenden. Todos sabemos que están acostumbrados a saltarse de un lado a otro por un plato de lentejas. Ahora se sabe que su apoyo incondicional no era por el bien del país sino a cambio de ministerios y embajadas. A esto hay que sumarle el odio y resentimiento de una derrota no superada en el 90'.
Las furibundas primeras planas de los diversos diarios limeños han sido cambiados por otras llenas de sumisión. Esto no es de extrañar. Cada 5 años, vemos a El Comercio y a sus sucursales, pasar "la franela" al gobierno de turno con la finalidad de seguir manteniendo sus privilegios.
Ya veremos a todos estos protagonistas cerrar los ojos y dar la espalda a la verdadera realidad que se avecina. Ya los veremos en su propia cobardía por no ser consecuentes con sus pensamientos críticos y hasta mordaces para con Humala. Ya los veremos izar la bandera de la libertad en sus elegantes residencias que tienen en España o EEUU. Rasgándose las vestiduras. Haciéndose las victimas con un vaso de whisky etiqueta azul en la mano. Riéndose de tener la "suerte" de poder vivir en el extranjero y no estar junto a un pueblo que sufrirá las consecuencias de una nueva dictadura.
A ellos les digo que existe siempre un pequeño grupo de hombres que nunca olvida la historia. Que siempre les recordará que su soberbia y su vanidad llevaron al Perú nuevamente al caos y a la anarquía.