miércoles, 8 de junio de 2011

La desconfianza tambien es válida

La victoria humalista en estas elecciones estén seguros hará temblar al país. Las reformas sociales, económicas y la vendetta política no colaborará a calmar la agitación que aún vivimos los peruanos después de esta segunda vuelta electoral. La expectativa para que se cumplan todas las promesas ofrecidas rebasarán el tiempo de respuesta de un gobierno que aun no asume y ya se encuentra en un caos ideológico y de poder. Las tendencias en este conglomerado empezaron a manifestarse en las diversas declaraciones de todos aquellos personajes que con derecho se creen ahora dueños del Perú. 
La economía peruana esta paralizada desde la segunda vuelta electoral. El impacto ha sido duro. La Bolsa de Valores de Lima aún no puede recuperar los índices de utilidad que existía antes del inicio las elecciones. Toda declaración que emite un personaje humalista es captada negativamente por los inversionistas nacionales y extranjeros. No existe confianza en un personaje que desde el 2006 piensa en nacionalizar todas las empresas y que en tan solo 2 meses alaba el crecimiento económico y el sistema de libre mercado. No hay confianza en el personaje que dijo que va a revisar todos los TLC y contratos firmados con las diversas mineras extranjeras especialmente los que existen con el gas natural. No existe confianza en el personaje elegido de parte del ciudadano de clase media que espera con preocupación no se les confisquen sus  ahorros é inversiones para financiar sus programas sociales. No existe confianza en el personaje elegido en cuanto a su política internacional pues quizás mañana nos unimos al grupo bolivariano o destruyamos la relación bilateral con Chile que marcha por buen camino a pesar de nuestras diferencias y contiendas legales.
No existe confianza en que aquel personaje respete la libertad de prensa y los derechos fundamentales de toda persona. No hay confianza en que la corrupción se combata en forma eficiente ya que todos sabemos de la clase de gente con que éste se ha rodeado. A partir del 28 de julio sabremos los favores con que se pagan las alianzas políticas.
No nos engañemos. El Perú no ingresará a tiempos de prosperidad y bonanza, sino todo lo contrario, estaremos en una coyuntura política, social y económica inestable. El erario nacional será regalado en los famosos programas sociales prometidos. Si hoy a tres días de las elecciones ya se escuchan voces sectarias amenazando a diestra y siniestra, que nos esperará a partir del momento en que asuman el poder.

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